Y viene de nuevo el sol;
a reirse en la mojada
colcha.
La luz se quiebra a
carcajadas
en el postrero llorar de
la gotera.
Amanece Santiago
limpio y frío
a reprochar mi oscuridad
de casa miserable
color invierno
que anoche se llovió
entera.
Me mira con lástima y
desdén
igual que a un pobre
desgraciado
que se orinara en la cama
por la noche.
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